A lo largo del siglo XIX, la población española experimentó un enorme crecimiento, pasado de aproximadamente 11 millones de habitantes a finales del siglo XVIII hasta llegar a más de 18 millones al final del siglo XIX. Este se debió principalmente a una disminución de la mortalidad, que unido al mantenimiento de la natalidad hizo que la población aumentase notablemente. Todo esto además dio lugar al aumento de la producción agrícola, por lo que la alimentación de los españoles mejoró, haciéndoles más resistentes contra las enfermedades. El crecimiento de la población no fue homogéneo, sino que en unas zonas creció mucho más que en otros lugares. Las grandes epidemias fueron desapareciendo a lo largo del siglo gracias a los avances médicos y de higiene, aunque a pesar de ello, la mortalidad era demasiado elevada en comparación con el resto de Europa.
1.2. MOVIMIENTOS MIGRATORIOS.
Muchas de las condiciones y de las medidas tomadas a lo largo del siglo (abolición del régimen señorial, concentración de la propiedad...) hicieron que muchos de los campesinos emigraran. Esta migración se produjo en dos etapas: la primera, hacia las
zonas industrializadas de la Península (Madrid, Barcelona y Vizcaya); y la segunda, hacia
América Latina, debido a las escasas ofertas de trabajo que había en el país. Los lugares desde los que más emigraba la población eran: Canarias, Galicia y la cornisa cantábrica.
1.3. TRANSFORMACIONES DE LAS CIUDADES.
El flujo de migraciones hacia las zonas industrializadas hizo que, en la segunda mitad del siglo XIX., la
población urbana de muchos de lugares como Barcelona, Madrid, Sevilla o Málaga
se duplicase. Pero a pesar de este crecimiento de población urbana, más de 70% de la población seguía viviendo en zonas rurales de menos de 20000 habitantes (la mayoría de lugares con menos de 5000).
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Tranvías en la Puerta del Sol - 1870. |
2. TRANSFORMACIÓN EN LA AGRICULTURA.
2.1. REFORMA AGRARIA.
A lo largo del siglo XIX, en el campo se introdujeron una serie de medidas para
acabar con el Antiguo Régimen en la agricultura. Durante este proceso se abolió el régimen señorial, se desvinculó la propiedad, y se desamortizaron las propiedades de la Iglesia, consolidando así la propiedad privada. La mayoría de las tierras desamortizadas fueron compradas por burgueses y campesinos acomodados que buscaban
sacar el mayor beneficio de dichos territorios, por lo que destinaron la producción hacia la venta. A pesar de esto, la mayoría de las tierras siguieron perteneciendo a los antiguos propietarios, los cuales siguieron teniendo la misma mentalidad rentista.
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Las Espigadoras - Jean-François Millet. |
2.2. PROBLEMAS DE LA AGRICULTURA ESPAÑOLA.
El mayor de los problemas que se tuvo que afrontar durante esta época, fue que los campesinos no pudieron conseguir ninguna tierra, por lo que continuaron como jornaleros, con unas condiciones de vida totalmente igual al que llevaban en el Antiguo Régimen. A pesar de que la mano de obra seguía siendo barata, muchos de los propietarios no aprovecharon para mecanizar la agricultura, pero lo que los rendimientos siguieron siendo escasas. En la parte suroeste de España existían grandes
latifundios, de los que se obtenían beneficios a costa de los bajos salarios que se les pagaba a los campesinos, y en las zonas del norte existían pequeños
minifundios, en los que una mecanización no era rentable. Sólo en algunas partes del este de la Península la propiedad estaba un poco más
equilibrada.
Otro de los problemas con el que se encontraban los habitantes de la época era el cereal, uno de los alimentos más cultivados en el país, pero que debido a su escaso rendimiento, tenía un precio muy elevado en comparación con el del resto de Europa, por lo que se recurrió al
proteccionismo.
3. INICIOS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN.
3.1. PROBLEMAS DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA.
El proceso de industrialización llegó con
retraso con respecto al resto de Europa, y a finales de siglo, sólo algunos lugares habían conseguido industrializarse, por lo que se tuvo que
imponer impuestos sobre los productos extranjeros para fomentar el crecimiento de la producción española. Los principales problemas con los que se topó la industrialización fueron: La falta de poder adquisitivo de la población y de inversiones, los problemas de transporte y la posición alejada de España con respecto a los núcleos industrializados, y la escasez de fuentes de energía.
3.2. SECTORES:
- SIDERURGIA: Los primeros hornos se instalaron en Andalucía (destacó el de Marbella), pero debido a la falta de recursos, se cerraron rápidamente. Después, se abrió un nuevo horno en Asturias, y posteriormente en el País Vasco, lugar que se consolidó como referente de la industria siderúrgica en España. Las razones de este éxitos fueron el comercio entre Inglaterra y el País Vasco (Inglaterra exportaba carbón de coque e importaban hierro). A partir de este desarrollo, se crearon empresas de construcción mecánica y naval, y se impulsó el sector bancario.
- TEXTIL: Este tipo de industria ya tenía un importante centro de producción en Cataluña, y a partir de 1830, se inició la mecanización, instalando máquinas como las utilizadas en Gran Bretaña. Debido a la falta de carbón, muchas de las industrias se instalaron en la costa para que los costes de producción no aumentaran. A partir de 1860 muchas industrias se instalaron en las orillas de los ríos, que aprovechando la energía hidráulica, crearon colonias industriales.
- MINERÍA: En el país se encontraron grandes yacimientos de plomo, mercurio, cobre y cinc, de los cuales se cedió la explotación a compañías extranjeras para así poder pagar la deuda de Hacienda. Las dos grandes actividades mineras estaban relacionadas con el hierro (Vizcaya) y el carbón (Asturias), aunque este último no era de gran calidad.
- TRANSPORTES (FERROCARRIL): Con la aprobación de la Ley General de Ferrocarriles, se construyeron más de 7500km de vía a lo largo de siglo XIX, los cuales seguían una estructura radial con centro en Madrid. Debido a la rapidez con la que se construyó toda la red ferroviaria, la mayoría de los materiales fueron importados, por lo que la industria no llegó a aprovecharse de la creación del ferrocarril, pero a pesar de todo, el ferrocarril acabó teniendo grandes beneficios para la economía española.

4. DESARROLLO DE LA INDUSTRIA (S.XIX).
4.1. NUEVAS ENERGÍAS E INDUSTRIAS.
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Alfonso XII de la compañía Hispano-Suiza. |
Las nuevas energías supusieron un gran impulso para la industria española a finales del siglo XIX. Por un lado, el
petróleo se utilizó como combustible, y con la invención del motor de explosión se abrió paso la industria del automóviles. Además, este combustible permitió un desarrollo de la industria metalúrgica y la expansión de la industria química. Por otro lado, la
electricidad facilitó la mecanización de la producción industrial, lo que hizo que se disminuyesen los costes y por tanto, los precios. Esta electrificación se produjo en dos etapas, la primera, dirigida a la iluminación, y la segunda, se extendió a la industria.
4.2. DESEQUILIBRIOS. FOCOS DE INDUSTRIALIZACIÓN.
Desde finales de siglo, la industria se extendió por bastante lugares de España, como Madrid (la cual se convirtió en la
tercera región industrial española), la Comunidad Valenciana o Asturias, mientras que en el resto de lugares se consolidó (Cataluña, País Vasco). El crecimiento demográfico también benefició a la industria, puesto que aumentó la demanda. A pesar de esto, se produjeron muchos
desequilibrios en la distribución de las riquezas, y muchas de la regiones seguían basando su economía en la agricultura.
5. SOCIEDAD ESPAÑOLA (S. XIX).
5.1. SOCIEDAD DE CLASES.
La sociedad española sufrió una gran transformación a lo largo del siglo, pero a pesar de ello, seguía existiendo un gran número de desigualdades y la Iglesia y la nobleza tuvieron mucho más poder que en el resto de Europa. Se crearon
nuevas clases dirigentes, en favor de otras como la nobleza terrateniente, que tuvieron que ir vendiendo su patrimonio. Nos encontramos con la nueva clase adinerada, la alta burguesía, que además, se convirtieron en terratenientes al comprarles su patrimonio a la nobleza.La clase media, compuesta por la mediana burguesía, era muy escasa.
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Proletariado industrial. |
Por otro lado, nos encontramos con las
clases populares urbanas, formadas por los artesanos y las personas dedicadas a los servicios. En el servicio doméstico, más de la mitad eran mujeres, y de las mujeres de esta clase, trabajaba alrededor de un 90%, puesto que el ideal de que la mujer trabajara en casa pertenecía únicamente a las clases altas. El resto de personas que formaban esta clase eran el proletariado industrial, es decir, los trabajadores de las fábricas.
El resto de la población constituía la mayor de las clases, eran
campesinos (65% de la población). La mayoría de ellos eran jornaleros que trabajaban las tierras de los propietarios agrícolas. El campesinado tenía unas condiciones de vida pésimas, y esto es una de las causas de las continuas revoluciones campesinas que se produjeron a lo largo del siglo XIX.
5.2. LA MUJER OBRERA.
Con la industrialización,
muchas de las mujeres de las clases populares entraron a trabajar en las fábricas, puesto que su salario se hacía necesario para que la familia pudiera mantenerse. Cobraban alrededor la mitad del sueldo de los hombres, tenían unas condiciones de trabajo peores que las de los hombres y muchas de ellas no tenían estudios y eran sometidas a una "doble jornada", es decir, la mayoría de ellas, al terminar su jornada laboral, tenían que encargarse de las tareas del hogar y cuidar a sus hijos.
5.3. COMPARACIÓN DE LA VIDA DE LAS CLASES ALTAS Y DE LAS CLASES POPULARES.
Las
clases acomodadas tenían una vida organizada alrededor de las fiestas, banquetes, recepciones..., en las que se reunía toda la burguesía y aristocracia de las ciudades. El resto de su atareada vida lo pasaban entre tertulias de café, el teatro, la música y la ópera, que eran las formas de relacionarse que existían en esa época para los hombres; y las visitas y acciones de caridad era lo que tenía ocupadas a las mujeres. A imitación de París, se hicieron habituales sos paseos, sus viajes y sus veraneros en el mar. Mientras todo esto ocurría, las
clases populares estaban trabajando, y su vida social era mucho menor, quedando reducida a las tabernas, las fiestas populares, los bailes, las fiestas patronales y las romerías religiosas.
6. MOVIMIENTOS OBREROS EN ESPAÑA.
6.1. PRIMEROS PASOS.
Con el crecimiento de trabajadores en las fábricas, fueron aumentando el número de movimientos obreros, los primeros, ludistas (destruyendo las máquinas), y más tarde, los trabajadores se fueron agrupando en
sindicatos. El primer sindicato fue la Asociación de Tejedores de Barcelona, aunque rápidamente fue prohibido. Durante el Bienio Progresista, se celebró la primera huelga general, y durante el Sexenio Democrático se creó la
Federación Española de la Asociación Internacional de Trabajadores, que difundió por toda España los ideales del marxismo y el anarquismo.
6.2. ANARQUISMO.
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Pablo Iglesias, fundador del PSOE. |
Los dos focos anarquistas de la época se situaron en
Cataluña y en Andalucía (en los campesinos), los cuales promovieron numerosos atentados contra las personas que tenían el poder. Los anarquistas contrarios a la violencia fundaron sindicatos obreros, con los cuales conseguir una revolución social, como la Confederación Nacional del Trabajo, la más importante de España en su época.
6.3. SOCIALISMO.
El marxismo sin embargo, tuvo mayor influencia, y a finales del siglo XIX se formaron el
Partidos Socialista Obrero Español (PSOE), y la
Unión General de Trabajadores (UGT). A diferencia de los anarquista, ellos defendían entrar en la vida política para así poder conseguir sus intereses y poder defender sus ideales, aunque a pesar de ello, no tuvieron una gran influencia y tardaron bastante en conseguir un diputado.